Cada 10 de Diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos. La fecha coincide con el día en el que la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948. Es decir, que este año se celebra el 70 aniversario de dicho evento histórico que a día de hoy sigue teniendo una importancia infinita.
Y es que aunque en muchas regiones los principios de esta Declaración parecen estar intrínsecos en las personas, en otros muchos lugares del mundo se obvian los derechos inherentes de los seres humanos, discriminándolos muchas veces por raza, color, sexo, idioma, etc.
La Declaración Universal de Derechos Humanos y su importancia en la actualidad
Este documento se ha convertido en el más traducido del mundo, con un total de 500 idiomas diferentes. Este hecho, y el compromiso de muchos Estados, ha ayudado a que millones de personas recuperen o mantengan sus derechos, consiguiendo así un mundo más justo.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, ya que en muchos sectores o países del mundo esta Declaración no se cumple como debiera. Por eso, seguimos celebrando este día internacional, para recordar, concienciar y seguir poniendo granitos de arena para conseguir equidad universal.
Todos y cada uno de los artículos de La Declaración Universal de Derechos Humanos son tan importantes en el momento de la firma como en la actualidad. Tras 70 años ninguno de sus principios ha quedado obsoleto.
En Litografía Romero nos unimos a esta importante causa celebrando el 70 aniversario. Y queremos finalizar con una declaración de Eleanor Roosevelt que define perfectamente la implicación de cada persona individual en esta causa:
«En definitiva, ¿dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. […] Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte. Sin una acción ciudadana coordinada para defenderlos en nuestro entorno, nuestra voluntad de progreso en el resto del mundo será en vano». Eleanor Roosevelt
